miércoles, 25 de agosto de 2010

Las mañanas de feria, globos e ilusiones. Encontrarse la ciudad repleta de colores. Los chiringuitos a las doce, las calles y el confeti. Los niños por las aceras, revoloteándolo todo. El olor a chuchería, a dulce y a palomitas...Y mientras tanto, el mundo parece haberse detenido al observar cómo parejas de enamorados se agolpan en los mostradores de las confiterías dispuestos a compartir un poquito de felicidad.